Evangelio miércoles 13 de enero

Martes 12 de enero de 2021 | Osvaldo Andrés Iturriaga

13 de ENERO del 2021

Evangelio según San Marcos, capítulo 1, 29 - 39.

Miércoles de la Primera Semana del Tiempo Ordinario

Cuando salió de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés.
La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron de inmediato.
Él se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar. Entonces ella no tuvo más fiebre y se puso a servirlos. Al atardecer, después de ponerse el sol, le llevaron a todos los enfermos y endemoniados, y la ciudad entera se reunió delante de la puerta. Jesús curó a muchos enfermos, que sufrían de diversos males, y expulsó a muchos demonios; pero a estos no los dejaba hablar, porque sabían quién era él. Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando. Simón salió a buscarlo con sus compañeros, y cuando lo encontraron, le dijeron: "Todos te andan buscando". Él les respondió: "Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido". Y fue predicando en las sinagogas de toda la Galilea y expulsando demonios.

Meditación de Osvaldo Andrés Iturriaga Berríos

"Todos te andan buscando"

Siento como si el Señor me dijera "antes de que salgas a buscarme, ya sé que lo estás haciendo. Sé que buscas descansar en mí, que sane tus enfermedades, que ilumine tus dudas, que te regale la paz. Si quieres encontrarme, ya sabes donde hacerlo: en el silencio, en la oración, lejos del ruido del mundo. No me verás cerca de los aplausos, de la fama pasajera, o de todas las preocupaciones vanas que te impiden ponerte en actitud de escucha y de encuentro personal conmigo".

Estas palabras de Pedro me remecen al ver tanta confusión, rivalidades y odiosidades en nuestro país, o en otros que son mayoritariamente cristianos, o incluso dentro de nuestra propia Iglesia. Me pregunto si realmente quienes nos decimos cristianos estamos buscando al Jesús real, del Evangelio, o a uno que me he creado según mis propios criterios. En este momento donde nos cuesta tanto escuchar, Jesús me invita a encontrarlo donde él siempre está: alejado de lo mundano, en el silencio del corazón, para luego salir de mi comodidad e ir al encuentro de otros.

Querido Señor, permanentemente te estoy buscando, pero en el lugar equivocado. Aunque añoro gozar de tu compañía, contemplarte en silencio y llenarme de ti, el ajetreo del mundo, las preocupaciones pasajeras y la necesidad de reconocimiento me esclavizan y me impiden salir verdaderamente en tu búsqueda. Ayúdame a que cada vez que el mundo me empiece a ahogar, pueda tal como tú salir al desierto y ocuparme de lo realmente importante. Que el encuentro profundo contigo en la oración me transforme poco a poco en un instrumento tuyo de paz para este mundo que también te busca.

AMÉN

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