Evangelio viernes 30 de septiembre

Viernes 30 de septiembre de 2022 | Alejandra Castelblanco

30 DE SEPTIEMBRE DEL 2022

Evangelio según San Lucas capítulo 10, 13 - 16

Viernes de la Vigésima Sexta Semana del Tiempo Ordinario

San Jerónimo Presbítero y Doctor de la Iglesia. Memoria Obligatoria

¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros realizados entre ustedes, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y sentándose sobre ceniza. Por eso Tiro y Sidón, en el día del Juicio, serán tratadas menos rigurosamente que ustedes. Y tú, Cafarnaún, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno. El que los escucha a ustedes, me escucha a mí; el que los rechaza a ustedes, me rechaza a mí; y el que me rechaza, rechaza a aquel que me envió".

Meditación de Alejandra Castelblanco de Prieto

Jesús parece decirnos: el hombre es libre, nadie está obligado a realizar la obra que el Padre quiere para él. Ni mi madre estuvo obligada, ella con su Sí, hizo posible que se llevara a cabo la obra de la salvación. Por lo tanto, la invitación es a abrirse a lo que está ocurriendo a su alrededor para notar la presencia del reino entre ustedes y no hacer oídos sordos al llamado del Padre. Quien tiene la voluntad de hacerlo, puede estar seguro que ya se unió al plan de redención.

Qué difícil es educar la voluntad. Cuesta elegir el esfuerzo cuando la tentación a la flojera es latente. Pienso en aquellos que han caído en la droga y que saben que lo que hacen está mal, pero nadie puede hacer nada por ellos si ellos no deciden hacerlo por sí mismos. En el plano espiritual es parecido, uno sabe lo que tiene que hacer, uno está rodeado de milagros y presencia de Dios, solo falta decidirse. Una decisión valiente pero que al igual que el drogadicto debe hacerse todos los días. Cada mañana voy a repetir: Hoy Señor decido seguirte.

Querido Señor: Gracias por todos aquellos que decidieron seguirte, no una vez, sino todos los días. Gracias por tener el ejemplo de tu Madre y de todos los Santos. Infunde en mí, ese fuego que no puede ahogarse, que necesita salir y contagiar y que día a día decide avivar esa llama para que nunca se extinga. Que todo lo que pones a mi alrededor lo sepa ver a la luz de la fe práctica en la Divina Providencia y así realizar mi conversión y seguir decididamente Tu camino.

AMÉN

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