La hora de la CAU

El tercer fin del Movimiento de Schoenstatt pensado por el Padre Fundador en relación con nuestro carisma, la Confederación Apostólica Universal, más conocida como la CAU, ha sido hasta el momento una tarea relegada al olvido, reducida prácticamente a una especie de concepto filosófico sobre el cual todos repetimos y tenemos en mente pero que nadie intenta hasta el momento llevarlo fielmente a la práctica.

Martes 20 de agosto de 2019 | Manuel Emilio Montero

Tomo prestada una frase del Padre Alexandre Awi, EN LOS PRÓXIMOS CIEN AÑOS: ¡O ANDAMOS JUNTOS O NO ANDAREMOS MÁS!”.

Esta frase dicha por el Padre Alexandre en la homilía del 5 de febrero del 2009, en el marco de la Conferencia 2014, preparatoria para el año del Jubileo 2014 y en el contexto de la necesaria unidad de la Familia en torno al Padre Fundador de cara a los siguientes cien años, se torna esclarecedora, en los momentos actuales de nuestra Iglesia.

El tercer fin del Movimiento de Schoenstatt pensado por el Padre Fundador en relación con nuestro carisma, la Confederación Apostólica Universal, más conocida como la CAU, ha sido hasta el momento una tarea relegada al olvido, reducida prácticamente a una especie de concepto filosófico sobre el cual todos repetimos y tenemos en mente pero que nadie intenta hasta el momento llevarlo fielmente a la práctica.  

Se vuelve necesario retomar en éstos momentos este fin pensado por el Padre, en momentos en que nuestra Santa Madre Iglesia es atacada no solo desde adentro,  por sus propias faltas, sino desde afuera en un ataque que afecta la familia como base misma de la sociedad y en la que ya no solo se relativiza todos los conceptos sino que los mismos, incluyendo aquellos que constituían la esencia misma del hombre o de la mujer, son hoy discutidos y en gran medida se nos vende como conceptos mutables. El hombre puede ya no ser hombre y la mujer puede ya no ser mujer y con ello todo el desfile de herejías antropológicas que a partir de ahí puedan surgir.

Hoy más que nunca, es hora de que nuestros esfuerzos para los próximos cien años deban volverse hacia esa idea de nuestro fundador de formar y aglutinar esas fuerzas apostólicas para luchar contra los desafíos de nuestros tiempos.  No se vislumbra que esa lucha pueda venir desde dentro de la Iglesia, salvo por la inmensa figura de nuestro querido Papa Francisco, pero en general la jerarquía de la Iglesia ha sido disminuida y vilipendiada lo suficiente como para desacreditar desde allí una defensa contras esas herejías.

Algunos atisbos sobre la necesidad de la CAU y su puesta en práctica empiezan a surgir. En Costa Rica un matrimonio de la Federación de familias ha presentado a la Arquidiócesis de San José un plan para poder allegar a las parroquias a los movimientos apostólicos existentes en la Arquidiócesis y que las parroquias puedan trabajar en común con los movimientos. Es un primer esfuerzo para unir movimientos y parroquias desde una perspectiva oficial. En el CIEES (COMUNIDAD INTERNACIONAL DE EMPRESARIOS Y EJECUTIVOS SCHOENSTATTIANOS) ya se conversa sobre la necesidad que los empresarios católicos partan desde una perspectiva de la CAU.

Es hora de que nuestros esfuerzos se centren en estos segundos cien años de nuestro movimiento en cumplir con el tercer fin pensado por el Fundador, la CAU, los tiempos lo ameritan, tenemos una deuda con el Fundador. Después de todo como bien dijo el Padre Alexandre en esa homilía: ¡NADIE PUEDE REALIZAR SOLO LA MISIÓN!

 

Manuel Emilio Montero 

I Curso de Federación de Familias

Costa Rica.

Comentarios
Total comentarios: 4
03/09/2019 - 01:29:42  
En la Arquidiócesis de Guadalajara desde 2013 hemos emprendido un proyecto educativo que es ahora ya un Instituto de formación para laicos. Ofrece Diolomados en Liderazgo para la nueva Evangelización y una de sus particularidades es que el equipo fundacional y aún actual, se compone de personas de diferentes organismos o movimientos católicos. Ha sido un camino en comunión, con las dificultades inherentes, donde cada carisma ha puesto al servicio sus dones y ha asumido también sus tareas. Todo esto apoyado en la pedagogía Schoenstattiana, inspirado en las propuestas del PJK.
Si bien el Padre hablaba la CAU como un trabajo armónico de las corrientes de vida al interior de Schoenstatt, también se veía una CAU en la iglesia. En este Instituto vemos un granito de arena que Schoenstatt aporta para lograr armonizar las fuerzas y carismas de nuestra iglesia. Con una pedagogía que abre vías para sumar como iglesia diocesana.
Estamos muy agradecidos con la Mater que ha ido abriendo caminos.

Denisse Arana
Guadalajara, Mx.
31/08/2019 - 07:26:47  
Leí la columna con mucha esperanza, pues soy un fiel creyente de lo profético del Fundador al tomar este sueño de San Vicente Palotti y hacerlo un fin par Schoenstatt.

Sin embargo en tus palabras veo que hay confusión en el lo que significa la CAU y porque no decirlo un tono imprudente al vincular las conductas homosexuales con herejías.

Lo que buscaba San Vicente, y luego el Padre, fuera que Schoenstatt se transformara, en términos más modernos, en un hub apostólico. Un espacio en donde todas las corrientes de la iglesia piedieran coordinar sus esfuerzos apostólicos de modo de amplificar su impacto.

En ese sentido, no veo aún en Schoenstatt señal absoluta de asumir esa posta. Menos si aún tenemos como meta pendiente alcanzar una coordinación interna.

La CAU no es un proyecto, es un estilo de hacer las cosas, donde lo central es dignificar el trabajo de todos para encontrar maneras innovadoras de aumentar el impacto apostólico a través de la colaboración entre todos

Pablo
Chile
23/08/2019 - 13:24:05  
Nuestro aporte de servicio en concejos parroquiales y diocesanos y santuarios llenos de Gracias, son el aporte creativo de nuestras Familias: Desde el santuario de la Mater hasta el santuario peregrino y del corazón.
El Espíritu se manifiesta en la servidora de Nazaret que lleva en ojos, oídos, lengua y corazón aTG3h su Hijo Jesús.

Alejandro Gonzalez
Quillota
21/08/2019 - 04:36:58  
Felicitaciones
Solo se puede decir que Schoenstatt está bien fundado cuando junto al Movimiento organizado existe un MPP, un Santusrio abierto lo más posible y hay una política pastoral para crear y apoya la CAU, en las puertas que la Mater abre.
Bendición

P . Carlos
Chile
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