Evangelio domingo 15 de octubre

Domingo 15 de octubre de 2023 | Juan Francisco Bravo

15 de octubre de 2023

Evangelio según Mateo 22, 1-14

Domingo de la vigésima octava semana del Tiempo Ordinario

En aquel tiempo, volvió Jesús a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo: "El Reino de los cielos es semejante a un rey que preparó un banquete de bodas para su hijo. Mandó a sus criados que llamaran a los invitados, pero estos no quisieron ir. Envió de nuevo a otros criados que les dijeran: 'Tengo preparado el banquete; he hecho matar mis terneras y los otros animales gordos; todo está listo. Vengan a la boda'. Pero los invitados no hicieron caso. Uno se fue a su campo, otro a su negocio y los demás se les echaron encima a los criados, los insultaron y los mataron. Entonces el rey se llenó de cólera y mandó sus tropas, que dieron muerte a aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego les dijo a sus criados: 'La boda está preparada; pero los que habían sido invitados no fueron dignos. Salgan, pues, a los cruces de los caminos y conviden al banquete de bodas a todos los que encuentren'. Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala del banquete se llenó de convidados. Cuando el rey entró a saludar a los convidados vio entre ellos a un hombre que no iba vestido con traje de fiesta y le preguntó: 'Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de fiesta?' Aquel hombre se quedó callado. Entonces el rey dijo a los criados: 'Átenlo de pies y manos y arrójenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación. Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos".

Meditación de Francisco Bravo Collado

"Todo está listo. Vengan a la boda."

Es como si Dios Padre me dijera: "Todo está listo. Ven a la boda. Ven a festejar. Ven a pasarlo bien, a comer rico, ¡a conversar con los amigos que no ves hace tanto tiempo! Ven a saber qué ha sido de ellos. A contarles cómo te va. Ven a contarme cómo están tus hijos. Ven a compartir con mi Hijo amado, que te extraña y te quiere. Ven. Comámonos un buen asado. Tomemos vino. ¡Emborrachémonos sana y limpiamente! Ven a bailar a mi fiesta. Te quiero ver en la pista de baile. ¡Ven con tu mujer! Baila con ella. Disfruta. Yo estoy poniendo lo mejor en mi mesa. Lo que más me gusta. Lo que más quiero compartir contigo."

Pienso en los matrimonios a los que he ido. En el matrimonio mío. En los de mis hermanos y de mis cuñados. En todas esas fiestas hemos querido disfrutar con la gente que queremos. Lo hemos pasado bien. Hemos gritado, cantado y bailado juntos. Nos hemos ilusionado con que lleguen todos. Con que los que están lejos puedan viajar. Y también nos hemos frustrado cuando alguien nos cuenta que no estará. En este texto puedo meditar en lo que significa hacer una fiesta y que los invitados no lleguen. O que lleguen mal preparados.

Señor, yo quiero estar en tu fiesta. Voy a estar ahí con mi mejor traje. Peinadito. Contento. Y voy a celebrar contigo. No me voy a quedar sentado cuando empiece la música. Voy a probar todos los postres. Ese día no habrá dieta. Voy a brindar contigo. Vamos a bailar abrazados. Vamos a corear las canciones toda la noche. Y vamos a recibir al novio con aplausos. Vamos a vitorearlo. Vamos a hacer la fiesta. Vamos a asegurarnos que la fiesta sea inolvidable. ¡Qué rico recibir tu invitación! No me la pierdo. Ahí estaré. Celebrando contigo.

AMÉN

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