Evangelio martes 2 de mayo

Martes 2 de mayo de 2023 | Juan Enrique Coeymans

9 de MAYO del 2023

Evangelio según San Juan, capítulo 14, 27 – 31a

Martes de la Quinta Semana de Pascua

Jesús dijo a sus discípulos: «Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. ¡No se inquieten ni teman ! Me han oído decir: 'Me voy y volveré a ustedes'. Si me amaran, se alegrarían de que vuelva junto al Padre, porque el Padre es más grande que yo.
Les he dicho esto antes que suceda, para que cuando se cumpla, ustedes crean.
Ya no hablaré mucho más con ustedes, porque está por llegar el Príncipe de este mundo: él nada puede hacer contra mí, pero es necesario que el mundo sepa que yo amo al Padre y obro como él me ha ordenado.»

Meditación de Juan Enrique Coeymans Avaria

Les dejo la paz, les doy mi paz

Pareciera que el Señor Jesús nos dice: les doy lo que más deseo para Uds.: la paz, pero no solo como tranquilidad, sino que la paz en el sentido hebreo: el Shalom, es decir una plenitud de vida, que se llenen de gozo, es una paz interior. No es sólo la ausencia de conflicto o la desaparición de hostilidad, sino que significa también un retorno al equilibrio, a la justicia y la igualdad integral. Hacia allá va la paz que les deseo y que mis discípulos como buenos judíos entendieron en toda su plenitud.
La paz de Jesús la he entendido siempre como algo mucho más grande que buenos deseos. Es esa plenitud de vida a la cual uno aspira sobre todo cuando uno se angustia y quiere gozar de la cercanía del Señor Jesús. Pero esa paz, hay que trabajarla, madurarla, y es no solo un regalo del Señor, sino una situación de cercanía del Señor. La paz de Jesús es Jesús mismo que se nos regala, como dice San Pablo: Jesús es nuestra paz. Y tengo que conquistarla día a día.

Mi querido Jesús, recibo tu paz que eres Tú mismo, con mi cuerpo y mi alma de rodillas, y te adoro humildemente y alabo como mi Señor y Salvador. Tu deseas que seamos felices, y Tu eres nuestra felicidad. Todo lo noble que uno puede desear eres Tú, y por eso te pido una gracia especia: ayúdame a vivir en paz acompañándome en cada situación de mi vida, Regálame la gracia de no abandonarte nunca, de vivir en tu cercanía, te sienta o no te sienta, en los momentos de oscuridad del alma, y en esos otros momentos de plenitud delante de Ti en el Santísimo y en el amor humano.

AMÉN

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