Evangelio martes 24 de octubre

Martes 24 de octubre de 2023 | Juan Enrique Coeymans

24 de octubre del 2023

Evangelio según San Lucas capítulo 12, 35 - 38

Martes de la vigésima novena semana del Tiempo Ordinario

Jesús dijo a sus discípulos: "Estén preparados, ceñidos y con las lámparas encendidas. Sean como los hombres que esperan el regreso de su señor, que fue a una boda, para abrirle apenas llegue y llame a la puerta. ¡Felices los servidores a quienes el señor encuentra velando a su llegada! Les aseguro que él mismo recogerá su túnica, los hará sentar a la mesa y se pondrá a servirlo. ¡Felices ellos, si el señor llega a medianoche o antes del alba y los encuentra así!"

Meditación de Juan Enrique Coeymans Avaria

"Sean como los hombres que esperan el regreso de su señor, que fue a una boda, para abrirle apenas llegue y llame a la puerta".

Es como si Jesús me dijera directamente a mí, mirándome a los ojos: "Quiero que tú seas uno de esos servidores. Que seas capaz de hacer cosas heroicas. No te quiero esclavo de tus ganas. Quiero que seas el señor de tu propia voluntad. Eso es lo que yo espero de ti. Y eso es lo que espero encontrar cuando te venga a buscar. Porque así va a ser contigo: te voy a encontrar velando y voy a estar tan contento, que voy a querer servirte. Quiero estar contigo en la mesa. Quiero compartir contigo y celebrar. Quiero que te sientes conmigo y que brindemos. Y que hagamos juntos una fiesta."

Me entusiasma este texto. Me llama a cosas que hacen que mi corazón se inflame. Quisiera ser de aquellos que están listos. De los que pueden permanecer en vigilia. Quisiera ser fuerte, varonil, recio y fiel. Pero me encuentro, una y otra vez, con mi propia comodidad. Me culpo. Hoy me siento débil e indigno. Y también me siento lleno de ganas de ser capaz de transformarme en uno de esos servidores que permanecen en vigilia esperando. Hoy quiero ofrecer lo que está en mí para que eso pase. Pero también sé que necesito la ayuda de Él para convertirme en ese hombre que quiero convertirme.

Jesús, amigo y maestro. Qué lindo mensaje me has dejado hoy día. Yo te bendigo y te alabo porque me llamas a mí, que soy tan cómodo y débil, a ser heroico y fuerte. Dame la fuerza para responder a tu llamado, Señor. Dame la fuerza para convertirme en ese tipo de hombre que espera en la noche como un servidor fiel. Dame la esperanza que necesito para permanecer despierto. Y también acércame a tu corazón. Para que sea mi cariño hacia ti la principal motivación para esperarte

AMÉN

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