Evangelio sábado 7 de octubre

Sábado 7 de octubre de 2023 | Gonzalo Manzano

7 de octubre del 2023

Evangelio según San Lucas capítulo 10, 17 - 24

Sábado de la décimo sexta semana del Tiempo Ordinario

Nuestra Señora del Rosario. Memoria Obligatoria

En aquel tiempo, los setenta y dos volvieron llenos de gozo y dijeron a Jesús: "Señor, hasta los demonios se nos someten en tu Nombre". Él les dijo: "Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Les he dado poder para caminar sobre serpientes y escorpiones y para vencer todas las fuerzas del enemigo; y nada podrá dañarlos. No se alegren, sin embargo, de que los espíritus se les sometan; alégrense más bien de que sus nombres estén escritos en el cielo".
En aquel momento Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar".
Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: "¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven! ¡Les aseguro que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron!"

Meditación de Gonzalo Manzano González Manzano González

"¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven!"

Jesús parece decirme: Esta exclamación es real y de todo corazón. Quien me ve, quien realmente comparte su vida conmigo, debe sentirse dichoso, feliz, porque ha visto lo más grande que existe en el universo. ¿Qué regalo más bonito para el alma que compartir la plenitud de Dios? Cuando Yo los invito a compartir conmigo, vivir juntos la Vida Eterna, lisa y llanamente no hay nada más grande para una criatura como ustedes. Por eso, no dejen de agradecer, dense cuenta de que la vida conmigo a su lado es tantísimo más feliz, y de que no tiene ningún sentido perderse de eso.

Cuando Jesús me dice "feliz", lo primero que se me viene a la cabeza es que Él quiere esa felicidad para mí. Sin embargo, me cuesta muchísimo encontrarla. El mundo a veces se ensaña con uno, y en nuestra fragilidad, somos propensos a echarle la culpa a un montón de factores que pueden o no tener que ver con esa dificultad para ver, pero que en definitiva son autoengaños que intentan disfrazar el hecho de que en realidad nosotros somos protagonistas en esa búsqueda. De nosotros depende abrirse a la visión de esa felicidad. Experimentar esa felicidad es regalo de Dios, pero nosotros tenemos que estar abiertos a ella.

Señor Jesús, desde ya te pido perdón por mi ceguera. He estado ofuscado por las dificultades, y te he echado la culpa de muchas cosas, que en realidad no creo que tengan que ver contigo. Debería abrir mi corazón a tu Amor para que pueda ver más allá de ellas, e intentar encontrar tu plan divino más allá de las limitaciones diarias. Te reconozco que es difícil, me cuesta mucho no marearme y enojarme por ello; pero en verdad, creo que quieres lo mejor para mí y los míos. Solo me queda ofrecerte los sacrificios y dolores y entregárselos a María como Capital de Gracias, para que ella interceda ante Ti en nuestro favor. Te pido esa fe, Señor.

AMÉN

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