Evangelio viernes 10 de mayo

Viernes 10 de mayo de 2024 | Alejandra Castelblanco

10 de mayo de 2024

Evangelio según San Juan 16, 20-23a

Viernes de la sexta semana de Pascua

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría. La mujer, cuando va a dar a luz, siente tristeza, porque ha llegado su hora; pero, en cuanto da a luz al niño, ni se acuerda del apuro, por la alegría de que al mundo le ha nacido un hombre. También vosotros ahora sentís tristeza; pero volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría. Ese día no me preguntaréis nada».

Meditación de Alejandra Castelblanco Moreira

"...una alegría que nadie les podrá quitar."

Jesús parece decirnos: la alegría es un anhelo universal. No hay nadie que no goce estando alegre y que quiera que su vida esté llena de alegría. Yo les prometo eso: una alegría que nadie les podrá quitar. ¿Cómo conseguirla? Una sola respuesta: seguir el camino que el Padre les tiene preparado. Y ¿cuál es ese camino? Una persona: Yo, Yo soy el camino. El que viene a Mí, irá al Padre y el que va al Padre, tendrá una alegría que nadie les podrá quitar. Entonces, vengan, no sigan buscando en otros lados lo que les traerá la plenitud, Yo los estoy esperando.

Pienso en esta fecha y me acuerdo del día de la madre. Mi mamá no está, ¿Cómo puedo estar alegre? Cierro los ojos y trato de imaginarla, la veo junto a su propia mamá que partió en un día como hoy, la veo con su sonrisa y su transparente mirada. Sin duda está con una alegría que nadie le puede quitar y más aún, sin hacer más preguntas porque la certeza de la salvación ya la está gozando. Uno aquí sigue preguntándose el día entero, pero saber que las personas que uno quiere, están en el cielo, me da una alegría que me calma y me da esperanza.

Querido Señor: quieres que sea portadora de alegría, que refleje a los demás el gozo de tenerte. Dame fortaleza para no flaquear y que pueda transmitir ese gozo interior de saber que mi mamá goza de tu presencia. Que no me deje invadir por la pena y mantenga la esperanza de una alegría eterna. Hazme generosa para entregar alegría a otros y humilde en recibir todas las alegrías que me regalas a diario. Dame la prudencia y sabiduría de tu Madre para reconocer cada minuto de gozo.

AMÉN

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